viernes, 4 de diciembre de 2009

La elección de las nuevas autoridades es un problema de todos.

> Movilicémonos contra la estafa en la FADU

Ante la adelantada elección de rector de la UBA, prevista para el 14 de Diciembre, a espaldas de la mayoría y en silencio, se dan en la FADU intensas negociaciones para elegir al decano y a las nuevas autoridades.

¿Cómo fueron las elecciones de cada claustro?

1) 24.500 estudiantes participaron de las elecciones. Casi el 90% se pronunció por una FADU democrática y en contra del programa de la lista Reforma, que trae a la Ley de Educación Superior y las restricciones que impone la CONEAU a cátedras, docentes y estudiantes.

2) En el claustro de graduados, del que sólo 1.200 de los 3.400 docentes pudieron participar, bastante menos de la mitad acompañó ese programa restrictivo y limitacionista.

3) El claustro de profesores es, de por sí, el componente todavía más antidemocrático del cogobierno: lo integra una minoría de profesores regulares frente a la gran cantidad de profesores interinos o docentes en general, y sin embargo, tienen la mayor representación del consejo directivo.

En el último período esto se agravó más aún: jubilaciones por un lado y por el otro más de 120 cargos trabados durante 4 años en el Consejo Superior de la UBA (donde Reforma tiene mayoría) redujeron este limitado padrón.

Así y todo, apenas la mitad, menos de 80 profesores, acompañaron a la lista que ganó. Sin embargo, pretenden imponerle decano y autoridades al conjunto de los 35.000 docentes, estudiantes y no docentes de nuestra facultad.

¿Qué proyecto de facultad está detrás de esta pretensión?

> Pretende retroceder la universidad a la situación anterior a la reforma del 18, reclamando “todo el poder” para el reducido claustro de profesores.

> Reclama aplicar la Ley de Educación Superior menemista aggiornada, cuya herramienta es la acreditación de la CONEAU (acordada para la carrera de arquitectura por el Ministerio de Educación y los decanos de las facultades de arquitectura nacionales).

> Esto a su vez implica reducir el grado afianzando los postgrados arancelados, abrir la puerta al financiamiento privado e internacional a costa de adecuar los contenidos a esos intereses, imponer la división en ciclos con correlatividades en bloque y con examen de egreso, y profundizar las restricciones y el limitacionismo.

(in)tensas negociaciones...

Sin embargo, a Martín Marcos, natural decano de ese grupo y ese programa, no le dan los números. Sólo tiene 6 votos propios de los 9 necesarios para garantizarse el decanato en primera vuelta.

¿Cómo consigue los votos faltantes? Se está produciendo un intenso debate en un intento de “borocotizar” voluntades entre otros sectores políticos de la facultad, cambio de favores mediante.

¿Los votos faltantes, surgirán de Coalición Universitaria, quienes lo acompañaron durante años en estudiantes y todavía este año en graduados?

¿Obtendrá el apoyo de Sorin y quienes lo acompañaron desde el decanato en medidas clave como la proscripción de 1500 graduados, el autoajuste presupuestario, la paralización de 120 concursos, la incorporación de consejeros truchos, etc.? (Recordemos que también Sorin/Proyecto FADU integró la lista de Reforma).

¿Le dará su voto algún sector (ligado al ex-decano Dujovne o los grandes estudios de arquitectura del turno mañana y el CPAU) que, aún participando de otras listas en las últimas elecciones comparte alguno de los puntos de ese programa?

Es probable que la elección de decano sea en los próximos días si responden a la presión del Consejo Superior de la UBA de elegir decanos y rector cuando las facultades están vacías, evitando el debate y la movilización docente y estudiantil que continúa reclamando que se democratice la universidad previamente a la elección de nuevas autoridades.

Por otro lado, en la medida en que no lleguen a un acuerdo, bien puede Sorin no convocar a la sesión para elegir decano o bien pueden otros no dar quórum... Está por verse.

Estas vergonzosas maniobras muestran a las claras cuál es la representatividad que tienen quienes pretenden asumir; cuáles son los motivos que los llevan a mantener facultades sin concursos y padrones controlados; y la imperiosa urgencia de democratizar los claustros para quebrar esta política. Corremos el riesgo de volver en marzo y encontrarnos con que desaparecieron cátedras y puestos de trabajo.

En esta situación, los docentes debemos estar atentos y dispuestos a debatir, repudiar e incidir en este proceso, frente a la posibilidad de una FADU no deseada ni votada por la mayoría.

En el caso en que precipiten esta situación, llamamos a todos los docentes, al CEADIG y los estudiantes, a los no docentes, a movilizarnos para que no pasen por arriba de la voluntad de la mayoría.